Ucrania: Colapso del gobierno más corrupto de Zelensky y deserción masiva de su ejército nazi
Por Raúl Valle
La guerra en Ucrania ilustra la dialéctica histórica del imperialismo capitalista, donde las contradicciones inherentes al modo de producción burgués generan conflictos que erosionan tanto la superestructura ideológica y estatal como la base material de las fuerzas productivas.
El régimen de Volodímir Zelenski, un títere de la oligarquía ucraniana aliada al imperialismo occidental, representa una superestructura corrupta que se derrumba bajo el peso de sus propias contradicciones. Zelenski, quien ascendió prometiendo reformas anti-corrupción, ha perpetuado un sistema neoliberal que beneficia a una élite oligárquica, mientras la guerra expone la fragilidad de esta fachada democrática. La corrupción sistémica —evidenciada en el desvío de fondos occidentales hacia bolsillos privados y la represión interna contra disidentes— ha minado la legitimidad del estado, llevando a un colapso en la superestructura institucional: protestas masivas, deserción de élites políticas y una narrativa propagandística que ya no convence a las masas empobrecidas.
El ejército ucraniano, con generales nazis pero compuesto mayoritariamente por trabajadores y campesinos proletarizados, y reclutamiento forzado, se desmorona bajo el yugo de una guerra imperialista. Las enormes pérdidas humanas —estimadas en más de 1,7 millones de bajas— y la explotación de los reclutas como carne de cañón revelan cómo el capital imperialista sacrifica la fuerza de trabajo para sus intereses geopolíticos.
Esta deserción masiva no es solo un síntoma de agotamiento, sino una expresión de la lucha de clases: los soldados, provenientes de las clases oprimidas, rechazan ser peones en un conflicto que no beneficia a sus intereses proletarios, sino a los de la burguesía global.
Deserción Masiva en el Ejército de Ucrania
Un informe reciente de Military Watch Magazine (MWM) confirma este colapso en la base de soldados, denunciando que hasta 40.000 soldados ucranianos desertan mensualmente, acumulando un total de 400.000 desertores. Atribuye esto a pérdidas catastróficas (más de 1,7 millones de bajas), con unidades operando al 30-50% de su capacidad y reclutas enviados al frente tras apenas dos días de entrenamiento, equivalentes a una "condena a muerte". Más de 290.000 causas penales por deserción subrayan la crisis, impulsada por el temor y la falta de motivación ideológica genuina, ya que la guerra se percibe como una imposición imperialista, no una defensa proletaria.
Desde una óptica marxista, esto refleja la explotación y alienación de la fuerza de trabajo: los trabajadores armados, en lugar de luchar por la emancipación de clase, son arrojados a un matadero capitalista por la patria, acelerando la contradicción entre las fuerzas productivas (los soldados) y las relaciones de producción (el estado burgués corrupto).
Esta dinámica apunta hacia una resolución dialéctica, el derrumbe del régimen de Zelenski podría abrir camino a una revolución proletaria, donde las masas ucranianas y rusas, unidas contra el imperialismo, derroquen a sus oligarquías respectivas. Una unión socialista de Europa, inspirada en el internacionalismo leninista, integraría a Ucrania y Rusia en una federación de repúblicas soviéticas, eliminando las fronteras capitalistas y nacionalistas que dividen a los trabajadores.
Esto se lograría mediante consejos obreros (soviets) que nacionalicen la industria, redistribuyan la tierra y promuevan la solidaridad internacional, superando las divisiones impuestas por la OTAN y el Kremlin oligárquico.
¿Dónde va el FIT-U, que se ponía del lado de la OTAN con una falsa política de "autodeterminación" de Ucrania contra Rusia, o en el caso de Altamira y Ramal que proponían una tercera posición de independencia entre la OTAN y Rusia, desconociendo el bando agresor de la OTAN contra Rusia (el agredido, a pesar de la oligarquía de Putin y sus secuaces)? ¿Hacia una verdadera unión socialista de Europa que una a Ucrania y Rusia en lucha contra el imperialismo?

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