Cómo piensa el enemigo de clase, la burguesía, e impone la Reforma Laboral. Los puntos claves. Sincronicemos una respuesta obrera.
Por Raúl Valle
En el marco de la lucha de clases, la burguesía –la clase dominante que controla los medios de producción y busca maximizar sus ganancias– utiliza el poder del Estado para imponer reformas que debilitan a los trabajadores y fortalecen su dominio económico.
A partir de la propuesta de reforma laboral del actual gobierno, que se presenta como una “modernización” pero en realidad favorece a empresas y empresarios, explicamos de forma clara y sencilla cómo funciona esta imposición.
Esta reforma, impulsada por figuras como Javier Milei y su equipo, refleja los intereses de la clase capitalista, que prioriza la flexibilización laboral, la reducción de costos y la complicidad de los sindicatos peronistas para explotar mejor la fuerza de trabajo.
1) Limitación de la indemnización por despido
La burguesía impone un límite a las indemnizaciones (posiblemente 10 sueldos), lo que reduce el coste de despedir a los trabajadores. Además, permite a las pymes pagar a plazos, lo que facilita que las empresas evadan responsabilidades financieras. Esto implica que los trabajadores pierden protección, mientras que las empresas ahorran dinero y despiden con mayor facilidad, perpetuando la precariedad.
2) Exclusión del Bono de Navidad
Al no contabilizar las gratificaciones ni las primas de compensación, la burguesía minimiza los pagos que debe realizar a los empleados despedidos. Esto beneficia a las empresas al reducir costos, pero deja a los trabajadores con menor seguridad económica, obligándolos a aceptar peores condiciones para no perder sus empleos.
3) Boletos de Canasta sin Valor Remunerativo
Los vales de alimentación no se considerarán salario ni generarán cotizaciones a la seguridad social, lo que creará un mercado secundario donde las empresas pagan menos. La burguesía se beneficia al reducir el gasto en prestaciones reales, mientras que los trabajadores reciben ayudas que no protegen su futuro ni contribuyen a su jubilación.
4) Salarios dinámicos basados en el "mérito"
Se introduce la idea de salarios variables según la "productividad" o el "mérito", decididos por las empresas. Esto permite a la burguesía pagar menos a quienes no cumplen con criterios subjetivos, fomentando la competencia interna entre los trabajadores y justificando las desigualdades salariales que favorecen a los dueños del capital. En realidad, se trata de un ataque a las paritarias libres, al imponer el salario más bajo aprovechando la posición del trabajador que negocia individualmente y cree tener un mejor salario, pero en detrimento de su compañero o compañera de trabajo.
5) Ampliación de la jornada laboral
Aunque se niegan las jornadas de 12 horas, se permite extender la jornada laboral con mínimas garantías de descanso. La burguesía impone esto para aumentar la producción sin pagar horas extras, explotando aún más la fuerza laboral y priorizando las ganancias sobre el bienestar de los empleados.
6) Banco de Horas para Compensar Días
El "banco de horas" permite acumular tiempo trabajado para compensar los días libres, sin exceder las 45 horas semanales. Esto brinda a las empresas la flexibilidad de organizar el trabajo a su conveniencia, obligando a los trabajadores a adaptarse a ritmos irregulares que benefician la productividad capitalista.
7) Desglose de vacaciones
Las vacaciones pueden dividirse en partes, modificando incluso el período tradicional (de octubre a abril). La burguesía lo impone para que las empresas no pierdan producción en temporadas clave, dejando a los trabajadores con menos tiempo libre continuo y mayor control sobre su vida personal.
8) Fin de la Ultraactividad de los Convenios Colectivos
Termina con la validez automática de los convenios sindicales, permitiendo que caduquen las cláusulas de protección. Esto debilita a los sindicatos, ya que la burguesía puede renegociar las condiciones a su favor, reduciendo los derechos laborales y facilitando la explotación.
9) Prioridad de los acuerdos por empresa
La negociación se realiza por empresa, por encima de los convenios sectoriales, considerando factores regionales. La burguesía gana adaptando los contratos a sus necesidades específicas, fragmentando la solidaridad obrera y permitiendo salarios más bajos en zonas con menor poder sindical. En lugar de luchar juntos, se atomiza, y en muchos casos, como ya ocurre, la burocracia sindical envía a un abogado o a un líder honesto para "ayudar" al trabajador despedido, pero eso no "ayuda" porque el poder de la lucha reside en el peso individual y no en la fuerza superior de la clase trabajadora en huelga o en la lucha dentro y fuera del sindicato.
10) Pago de cuotas sindicales sólo con consentimiento
Los descuentos sindicales requieren la autorización expresa del trabajador. Esto atenta contra los sindicatos, ya que la burguesía busca reducir su financiación y poder, facilitando la desunión de los trabajadores y el avance de los intereses empresariales. En este sentido nos diferenciamos de la burocracia sindical que de ha convertido en millonario y en variantes patronales, como en ferrocarriles, comercio y metalurgicos que en forma compulsiva impone la cuota sindical, desde nuestro punto de vista consideramos que se expulse a esa burocracia sindical y sea reemplazada por dirigentes luchadores y luchadoras y de clase, y consideramos que el aporte sea de lucha, repudiando, así, este ataque del gobierno.
11) Fin de las tasas obligatorias
Las cotizaciones sindicales solo son válidas para los afiliados, eliminando los pagos obligatorios para quienes no lo son. La burguesía impone esto para debilitar económicamente a los sindicatos, que pierden ingresos, mientras que las empresas evitan costos indirectos y promueven un individualismo que divide a la clase trabajadora.
12) Restricción del derecho de huelga
En caso de huelga, se exige una cobertura mínima del 75% en servicios esenciales y del 50% en otros sectores. Esto limita el poder de huelga de los trabajadores, permitiendo a la burguesía mantener operaciones críticas y ejercer presión para que las protestas no afecten sus ganancias.
13) Digitalización para simplificar trámites
Los procesos se digitalizan para contratar empleados en 24 horas, reduciendo la burocracia. La burguesía impone esto para reducir costos administrativos y facilitar despidos o contrataciones rápidas, priorizando la eficiencia empresarial sobre la estabilidad laboral.
En resumen, esta reforma laboral es una herramienta de la burguesía para imponer su dominio de clase: reduce costos, flexibiliza el trabajo, debilita a los sindicatos y aumenta la explotación, todo bajo el pretexto de la «modernización». Fortalece la acción del Estado contra los trabajadores, ya que estos pierden derechos y protección, mientras que las empresas y los emprendedores acumulan más riqueza.
Esta imposición refleja la lucha histórica entre el capital y el trabajo, donde el Estado actúa como un brazo armado de la clase dominante.
Es crucial que los trabajadores se organicen para resistir y revertir estos ataques, fortaleciendo la solidaridad de clase.

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