¿Cuáles Cipayos? La Crisis Argentina como Expresión de la Lucha de Clases
Por Raúl Valle
Desde el 2000 son todos claramente cipayos, antes el peronismo formó la triple A. En las ultimas elecciones atacó directamente al Frente de Izquierda, se sometió a Milei, ni una piedra. Y la nota política es que el peronismo se derrumbó como factor político y de conciliación de clase. No existen más.
No tiene una intervención de lucha desde el año 75 donde fue obligado a participar en las coordinadoras fabriles contra su propia dirección peronista, pero luego, por supuesto, carnereó. Luego algo del tristonio Ubaldini. Luego todas traiciones a su base. Ahora se prepara, en la actualidad a entregar y formalizar a los trabajadores con la reforma laboral y previsional, aunque ya lo venía haciendo por lo bajo con la juventud, y muchos de esos burócratas-empresarios como Pedraza y Brunelli son los que explotaban jóvenes obreros. Partamos de aquí, porque es una experiencia histórica, un movimiento de conjunto, no se trata meramente de direcciones, sino de un concepto político, también, más allá de la responsabilidad de las direcciones de izquierda, sobre todo el Fitu, en recurrir al salvataje del nacionalismo burgués, el concepto de clase, del centrismo, que también es parte de la historia, pero con la diferencia que es un accidente histórico, está vez, a superar porque la izquierda democratizante en la actualidad no se derrumba, sino que tiene ascenso con matices, una caracterización clave para entender lo que se viene, es diferente al peronismo, por es un problema de dirección de la clase trabajadora mundial.
Desde una perspectiva trotskista, los balances de las ultimas elecciones reducen la crisis argentina a un mero conflicto político superficial, ignorando las raíces profundas en la lucha de clases y la decadencia del capitalismo dependiente.
Trotski, en su análisis de la revolución permanente, enfatizaba que las crisis no se resuelven en la superestructura política, sino en las unidades de producción y trabajo, donde se forja la contradicción entre capital y trabajo. Es decir mientras en las unidades productivas, el obrero enfrenta la más feroz dictadura del patrón y el capital, se pretende que afuera de ella vote en forma libre a ciertos candidatos para el parlamento o el ejecutivo.
Esta crítica desmonta esa visión limitada, mostrando cómo la crisis estructural del peronismo y el ascenso de figuras como Milei son síntomas de una descomposición más amplia, mientras se discute el FITU (Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad) porque gana protagonismo, ya que se discute, es un síntoma, sobre todo ante la desorientación actual de las trabajadoras y trabajadores, resulta que crece en forma material, tienen muchos locales, en votos, influencia, reclutamiento, y enfrenta dilemas internos, de esos dilemas también hay que discutir, como en sus aparatos políticos se produce un maltrato a intelectuales, violencia y competencias intestinas por rentas y cargos, que se terminan en expulsiones, alejamientos y bloqueos a militantes que considero, a pesar de esta experiencia, sirve y deben ser para reorganizarse en su propia experiencia en un partido de trabajadores y con la recuperación de los sindicatos con las nuevas fuerzas de las nuevas generaciones, las antiguas experiencias de resistencia y la fuerza de la juventud.
Los puntos claves los voy a proyectar de manera estructurada, basados en principios marxistas revolucionarios.
1. La Crisis es en las Unidades de Trabajo, No Solo en la Superestructura Política
Las disputas electorales y alianzas políticas, en la crisis argentina radica estructuralmente en las unidades de trabajo, fábricas, minas, campos y servicios donde el capital explota al proletariado. Bajo el neoliberalismo de Milei, inspirado en el cipayismo menemista y luego con el peronista de los Kirchner que fueron a tocar la campanita a Wall Street, que culminó con el Albertismo, se profundiza la precarización laboral, con reformas que desmantelan conquistas obreras.
Trotski advertía en "La Revolución Permanente" que las crisis capitalistas se expresan en huelgas, ocupaciones y luchas en el lugar de producción, no en parlamentos. Lo del parlamento como caja de resonancia es secundario. Esto es lo que debe llamar la atención, pese que el estado y los medios oficiales gastan fortunas y reprimen con furia el bloqueo de este mensaje. En Argentina, la reforma laboral apoyada por la CGT peronista es un ejemplo, no es solo política, sino una traición a la clase obrera en las unidades de trabajo, donde los trabajadores enfrentan despidos masivos y tercerización. La solución no es votar por "menos malo", sino organizar comités de fábrica para la expropiación, poner la propiedad privada en la órbita del dominio de los trabajadores. Construir viviendas, escuelas, universidades, hospitales y socializar la riqueza en sí y para sí.
2. El "Cipayismo" de Milei como Herencia del "Cipayismo" Peronista del 2000
Milei no es un fenómeno aislado, sino el "cipayismo" (una transparencia servil) de las políticas cipayas del peronismo en 2000, cuando figuras como Duhalde y Cavallo impusieron el "corralito" y ajustes neoliberales, traicionando a la clase obrera para salvar al capital financiero. Se presenta a los Kirchner como desendeudadores y se oculta que el pago del FMI implicó el mayor latrocinio en el 2005 de 10 mil millones de dólares al Ansess con que se pagó a los acreedores y con la mayor creacion de bonos de endeudamiento con BTN a 10 años, con otros bonos BOTE, LETE, LECAPS, BONA que terminaron de pagar la deuda privada y trucha con Cristina en forma usuraria con la sangre del pueblo trabajador y generando una deuda interna extorsiva. "Cipayismo" aquí se refiere a la colaboración con el imperialismo, como los cipayos británicos en la India colonial, que servían a los opresores.
Milei copia esta traición, pero la hace honesta a su manera y transparente y práctica, se deshace del intermediario burocrático del sindicato apropiado por el peronista y del estado, al proponer dolarización y privatizaciones extremas, heredando el legado peronista de 2000 que priorizó la estabilidad burguesa sobre los intereses proletarios.
Trotski criticaba en "El Programa de Transición" cómo los partidos obreros reformistas se convierten en agentes del capital en Europa y aquí el peronismo como movimiento nacional, pavimentó el camino para Milei, mostrando la descomposición estructural del movimiento.
3. Derrota Estructural del Peronismo y su Descomposición
El peronismo, históricamente un movimiento populista que amalgamaba clases, ha sufrido una derrota estructural debido a su integración al sistema capitalista. Desde el menemismo (privatizaciones de los 90) hasta el kirchnerismo (alianzas con burguesías locales, control de los sindicatos, cooptaciones de derechos humanos y el movimientos de mujeres), ha abandonado la lucha de clases por el clientelismo y el corporativismo. Su descomposición se ve en la fragmentación, kirchneristas vs. massistas, con bases obreras abandonadas. Trotski, en su crítica al estalinismo, señalaba cómo los partidos obreros degeneran en burocracias, y el peronismo es un ejemplo pero en una experiencia nacional, de movimiento revolucionario, no socialista, potencial en los 40-50, pasó a ser un aparato estatal que defiende el orden burgués. Esta derrota no es coyuntural, sino sistémica, dejando al proletariado sin liderazgo genuino y abriendo espacio a aventureros como Milei.
4. La Crisis en la CGT Peronista por Apoyar la Reforma Laboral
La CGT, brazo sindical del peronismo, enfrenta una crisis profunda al apoyar reformas laborales que flexibilizan el despido y reducen derechos, como la ley de "empleo joven" o ajustes en convenios colectivos. Esto no es neutral, es una traición a la clase obrera, priorizando la "competitividad" capitalista sobre la lucha contra la explotación. Trotski advertía en "Terrorismo y Comunismo" que los sindicatos reformistas se convierten en correas de transmisión del capital, y la CGT lo demuestra al callar ante ajustes mientras el kirchnerismo negoció con el FMI y calla ante Milei, como Itai Hagman. Esta crisis refleja la descomposición peronista, donde la burocracia sindical defiende privilegios personales en lugar de movilizar a las bases.
5. La Dirección del FITU como Retroceso, pero las Bases Luchan
Pese a que la dirección del FITU (influida por el PTS, PO y otros) representa un retroceso al hacer seguidismo al kirchnerismo o llamar a votar por Massa (como Izquierda Socialista), sus bases demuestran vitalidad revolucionaria. Ejemplos concretos: jubilados luchando contra el ajuste previsional en movilizaciones masivas; el caso Garraham, donde docentes y estudiantes resistieron privatizaciones; tercerizados en el subte y aeropuertos organizando paros; trabajadores de salud enfrentando precarización; estudiantes y docentes en universidades públicas contra recortes; metalúrgicos en fábricas como Acindar resistiendo despidos. Estas luchas muestran que, a pesar de la dirección burocrática, las bases impulsan la lucha de clases desde abajo.
Crecimiento Objetivo del FITU en Elecciones, Reclutamiento y Luchas
Objetivamente, el FITU ha crecido desde su formación, en elecciones de 2025, donde hubo un 67% de abstención, y donde todas las fuerzas cayeron con respecto a la elección anterior, hasta el propio Milei. La Izquierda obtuvo alrededor del 7-8% nacional, duplicando su votación anterior, con picos en provincias como CABA, Buenos Aires y Córdoba. En reclutamiento, ha incorporado miles de jóvenes y trabajadores, con militantes activos en sindicatos como SUTEBA (docentes) y ATE (estatales). Su participación en luchas es notable: lideró piquetes en 2022-2023 contra el ajuste, con miles movilizados. Este crecimiento refleja un giro hacia la izquierda entre sectores proletarios desilusionados del peronismo, pero la dirección lo frena al no romper con el kirchnerismo.
7. El Problema de la Dirección: Seguidismo y Expectativas en la CGT
El problema central es la dirección del FITU, que, mientras el peronismo agoniza, hace seguidismo al kirchnerismo (aliándose tácticamente) o llama a votar por Massa (como Izquierda Socialista), o, peor, el PO y MST reclaman "expectativas" de una huelga general a la "CGT de fantasía" (la burocracia corrupta). Esto es oportunismo, no revolución, Trotski criticaba en "La Cuarta Internacional" cómo las direcciones izquierdistas se convierten en apéndices reformistas, evitando la ruptura con el sistema. En lugar de construir poder dual (soviets obreros), piden "huelgas" a burócratas que apoyan reformas, diluyendo la lucha.
8. La Solución: Comités de Bases en el FITU, con Ejemplos Históricos
La solución es construir comités de bases dentro del FITU, donde trabajadores y militantes tomen el control desde abajo, rompiendo con la dirección burocrática y orientándose hacia la revolución permanente. Estos comités, inspirados en los soviets rusos de 1905 y 1917, permitirían coordinar luchas autónomas: asambleas en fábricas para ocupar y autogestionar, como en la Comuna de París de 1871, donde obreros parisinos formaron comités para resistir la burguesía. En España del 36, China del 49, Checoslovaquia y Francia del 69. En Argentina, ejemplos incluyen la semana rebelde del 19, la huelga roja del los constructores del 30 en CABA, las huelgas de miles en el 50, los cordobazos de 1969, donde comités obreros lideraron insurrecciones contra la dictadura, o las fábricas recuperadas en los 2000, como Zanon, y miles de asambleas donde trabajadores formaron cooperativas contra el capital, el mismo 2001 de qué se vayan todos, las 12 toneladas contra Macri en el 2017. En el FITU, comités de bases podrían unificar luchas de metalúrgicos, docentes y tercerizados, rechazando alianzas con Kiciloff-Massa y el peronismo y apuntando al poder de los trabajadores. Esto transformaría a las bases del FITU superando su dirección y construyendo un partido de trabajadores en un instrumento revolucionario, no reformista, siguiendo el legado trotskista de lucha intransigente contra el capital.

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