Crítica al Balance Electoral del PTS: Un Análisis Derrotista y Lavado de Cara al Peronismo.

 


Por Raúl Valle


El artículo de Farid Reyes en La Izquierda Diario, titulado "Elecciones en Argentina. Victoria de Milei y avance de la izquierda trotskista", representa un balance electoral que, según la crítica planteada, constituye un vergonzoso "lavado de cara" al peronismo.

Mientras el peronismo ha apoyado activamente leyes y decretos de Milei —que preparan y habilitan las reformas laborales y previsionales que atacan a la clase trabajadora—, Reyes lo caracteriza como una fuerza que simplemente "esperaba errores" del gobierno ultraderechista, minimizando su complicidad y rol en la consolidación del régimen capitalista. Esto se evidencia en el texto, donde se describe la campaña peronista, en su propia lógica, como pasiva ("esperar a que los errores del gobierno y los escándalos atrajeran los votos"). 

Desarrollando esto, el análisis de Reyes se centra en el "crecimiento en la superestructura del régimen" —es decir, en el plano político institucional, como el avance electoral del FITU en CABA (9.1%) y Provincia de Buenos Aires, o la "polarización asimétrica" donde la izquierda radical gana notoriedad con figuras como Myriam Bregman, Christian Castillo y Alejandro Vilca. Esto refleja un reconocimiento de cambios en la esfera electoral y mediática, donde el FITU se posiciona como tercera fuerza y llama a romper con el FMI. Sin embargo, este enfoque niega el esfuerzo de las luchas en curso como un factor de poder ante la "barbarie capitalista". Reyes menciona la necesidad de "organizar la resistencia" y "prepararse para enfrentar" contrarreformas, pero lo hace de manera abstracta, sin profundizar en las movilizaciones obreras reales —como huelgas, asambleas o protestas contra el ajuste— que han sido impulsadas por sindicatos combativos y organizaciones de izquierda, a diferencia del peronismo que, desde la CGT, se "atornilló contra la huelga general" y negoció reformas que benefician al capital (ni lo menciona).

En este sentido, el balance es derrotista porque, al enfatizar el "reconocimiento" electoral del FITU como fruto de no haberse moderado (a diferencia del peronismo), subestima el potencial revolucionario de las luchas cotidianas. El artículo propone construir un "gran partido de trabajadores" para superar el peronismo, pero no integra como las batallas en curso —contra el congelamiento salarial en PAMI, las paritarias miserables o el apoyo externo de Trump— podrían ser un motor para derrocar el régimen, en lugar de relegarlas a un contexto de "espera" de errores gubernamentales. Esto perpetúa una visión superestructural que prioriza el crecimiento electoral sobre la base material de la resistencia obrera, lavando la cara al peronismo al no condenar su rol activo en el sostenimiento de Milei y el FMI, y debilitando la perspectiva de un poder obrero real contra el capitalismo. En definitiva, el PTS, a través de Reyes, ofrece un análisis que consolida la izquierda institucional sin romper con la lógica derrotista de esperar caídas externas, ignorando la complicidad burocrática de la GGT, y que son las luchas de los trabajadores de la clase que con esfuerzo, programa y lucha en los lugares de trabajo y en las calles son el verdadero antídoto a la barbarie.

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