Milei a dos puntas, ahora es el "chinito" de Xi Jimping
Por Raúl Valle
La gestión del gobierno de Javier Milei y el ministro de Economía, Toto Caputo, ha generado un entramado de negocios y acuerdos con China que muestran un régimen de bandidos. En un contexto donde la administración estadounidense, liderada por Donald Trump, mantiene una narrativa de confrontación con el gigante asiático, Argentina aparece como un territorio de contradicciones. Por un lado, Milei busca el respaldo de Washington para renegociar deudas y obtener financiamiento, pero por otro, firma contratos con empresas chinas que benefician a figuras cercanas al poder, como Nicky Caputo, primo del ministro.
La opacidad en las licitaciones, los sobrecostos en proyectos energéticos y la entrega de recursos estratégicos a empresas del país asiático configuran un escenario donde los intereses económicos priman sobre la soberanía nacional.
El caso de Central Puerto, empresa vinculada a Nicky Caputo, primo del ministro Caputo, es paradigmático. El Banco Mundial aceleró un crédito de USD 4.000 millones para Argentina, de los cuales USD 300 millones se destinaron a comprar baterías gigantes de origen chino para "estabilizar" el sistema eléctrico argentino. La justificación es la crisis energética generada por la falta de obras proyectadas. Sin embargo, desde la propia Central Puerto reconocieron que esta tecnología es menos eficiente que sumar potencia térmica. La operación, además, se gestionó mediante licitaciones exprés cuestionadas por su falta de transparencia, y los equipos se fabricaron en China, lo que generó tensiones geopolíticas.
El financiamiento del Banco Mundial —vinculado a los intereses de EE.UU. — terminan sosteniendo a un proveedor chino, algo que contradice la narrativa anti-China de Trump.
El proyecto Argentina LNG, impulsado por YPF para exportar gas licuado, también depende de China. Según reveló el sitio Mosca, los barcos licuefactores necesarios para el plan serían construidos por la empresa china Wison, mediante una contratación directa sin proceso licitatorio. La excusa: "acelerar los tiempos". Este acuerdo no solo evade controles, sino que entrega a un actor extranjero un activo estratégico para la industria energética nacional.
Entre los ocho bancos privados que participaron de un repo por USD 2.000 millones, tres son chinos. Dos de ellos, además, monopolizan el señoreaje en Hong Kong, lo que les otorga un poder clave en la emisión de moneda en la región. Esta dependencia financiera de entidades asiáticas se da en un contexto donde el gobierno busca alinearse con EE.UU., pero termina profundizando vínculos con el gigante asiático.
La administración Trump y los productores de soja estadounidenses criticaron duramente el acuerdo de Argentina con China. Mientras los sojeros yanquis enfrentan barreras para exportar a la potencia asiática, Argentina recibe USD 20.000 millones de su gobierno y exporta commodities a China. Esto generó furia en el lobby agrícola estadounidense, que ve en la política exterior de Milei una competencia desleal.
Los productores agrícolas locales también cuestionan al gobierno. Acusan a Milei y Caputo de "regalar un negocio formidable a las cerealeras" mediante la baja de retenciones a las exportaciones. Esta medida favorece a empresas que, a su vez, tienen vínculos con China, como Cofco (multinacional china que lidera las Declaraciones Juradas de harina de soja en Argentina). La lógica es clara, menos impuestos a las exportadoras, más ganancias para intermediarios, y mayor dependencia de mercados asiáticos.
Pero los vínculos con China no son los únicos negocios turbios que se le atribuyen al gobierno de Milei. También se habla de ventas de candidaturas, donde se acusa al oficialismo de ofrecer puestos electivos a cambio de favores o recursos. Diputados y senadores que además de sueldos y viáticos millonarios se orientan a un millonario lobby para aceitar los fabulosos negocios de las privatizaciones, tanto sea con los chinos o con Trump, ventas de tierras públicas, flexibilización laboral, negocios de jubilaciones, y proceder conscientemente a hacer nuevas crisis, como devaluaciones, a los trabajadores y ciudadanos para sacarles más plata juntos a los capitalistas.
También, existe un malestar en su propia base por los actos políticos truchos de la Libertad Avanza, convocó hace unos meses en el centro cultural ex-Kirchner a una internacional fascista, diciendo que había pagado el alquiler del espacio con millones de dólares cuando era falso. En los últimos actos de campaña electoral le paga a cada asistente más de 20 mil pesos por "presencia" y aplaudir a Milei, también se contrata para esos actos a patotas con cifras millonarias a miembros de la barra del club de River Plate, Platense y Deportivo Merlo, pero igual, en esos eventos políticos donde se pagó a manifestantes no contaron con una convocatoria seria, por ejemplo, en el último acto de Milei en el cierre de la provincia de Buenos Aires, apenas concurrieron 4 mil personas de las 50 mil que esperaron. También falló una convocatoria espontánea de hace una semana por redes sociales a defender a Milei contra el avance de la Izquierda, pero solo contó con 25 personas con banderas argentinas en las puertas de la casa rosada.
El endeudamiento constante es una de las acusaciones más importantes. Además de los USD 4.000 millones del Banco Mundial y el repo de USD 2.000 millones con bancos chinos, se habla de una renegociación de deudas en pesos con ayuda de cerealeras que favorece a grandes empresas en detrimento del Estado.
La denuncia que más le dolió a Milei, salió de sus propias entrañas y fue la de la confirmación de coimas en discapacidad. Pronto a ser verificadas, circulan rumores de que parte del presupuesto destinado a personas con discapacidad fue desviado mediante mecanismos fraudulentos, en un nuevo caso de corrupción que afectaría a los más vulnerables.
La baja de retenciones al campo es quizás el capítulo más controversial pero más dolorosa y dañina para el régimen. Esta medida, que según críticos benefició especialmente a exportadores que venden a China, se habría implementado no por una política económica planificada, sino como parte de un entramado de favores y negocios cruzados.
El capitalismo, en su versión más extractivista y clientelar, se muestra aquí en su estado más podrido, un sistema donde el poder político se alinea con intereses corporativos y extranjeros, mientras la población enfrenta ajustes, tarifazos y un futuro de incertidumbre. El gobierno de Milei ha realizado una campaña publicitaria de estado con los medios oficiales de comunicación y redes sociales con un nuevo “Fake" de una caída de la pobreza al 31,6% en el primer semestre de 2025. Lo desmintió el Observatorio de la UCA que advierte que esta cifra está "sobrerrepresentada" debido a dos factores clave: uno, es la utilización trucha de la Encuesta Permanente de Hogares que captaron mejor ingresos laborales y no laborales es en un contexto de menor inflación, y la otra, es la persistencia de canastas básicas de consumo basadas en la estructura de 2004-2005, sin actualizar a datos de 2017-2018. Esta desactualización limita la precisión en forma malintencionada y en un escenario de "fuerte recomposición de tarifas y precios regulados" durante 2024. La UCA sugiere que el alivio social no es real, y existe una pobreza estructural y en ascenso.
Milei, lejos de representar un cambio, profundizaría vicios estructurales que ya han erosionado la confianza en la democracia. Con este panorama, es difícil imaginar que su gobierno llegue intacto a las elecciones de octubre. La acumulación de contradicciones, negocios turbios y un discurso que ya no convencería ni a sus antiguos aliados (como los sojeros estadounidenses) lo dejarían en una posición abismal. La historia reciente enseña que los gobiernos que priorizan los negocios por sobre el bienestar social tarde o temprano chocan contra la realidad.
raulvallemore@gmail.com

Comentarios
Publicar un comentario